jueves, 15 de diciembre de 2011

Querido diario

Día 1:
Hoy, hemos hecho algo que teníamos apalabrado desde hacía un tiempo: una timba de póker de alto standing. Nos hemos puesto todos nuestros mejores trajes y nos hemos dirigido a la Guarida.
La Guarida es la casa del amigo de un amigo nuestro, que hace un par de meses se volvió a su país y le dejó las llaves. La casa está sin pagar del todo, por lo que todas las semanas llegan cartas del banco para que pague o se despida de ella pero, hasta que no la asalte la policía, es nuestro techo para las fiestas. No es gran cosa, pero tiene agua corriente, luz, un radiador eléctrico, una nevera, dos sofás y una tele, y no necesitamos mucho más en una casa.
La fiesta ha sido un éxito, hemos ido casi todos, y todos como un pincel, aunque para mi gusto nos ha faltado un crupier y un camarero, pero nadie ha querido quedarse sin apostar el yate de los domingos o la mansión de los meses que acaban en -bre, así que hemos jugado todos hasta que ellos se han quedado sin dinero y no se les ocurría qué más apostar (la única regla era no apostar ropa, impuesta hace un par de años por una mala experiencia).
Cuando hemos terminado la partida era ya muy tarde, de modo que recogimos todos nuestras cosas y nos dirigimos a nuestras respectivas casas.

Día 2:
Lo siento mucho, pero en este momento no puedo escribir. Estoy siendo perseguido por el enorme perro gris de mis tíos. Siempre que les veo viene por mí, y es un monstruo de metro y medio y de unos ciento diecisiete kilos. Es muy mimoso, pero yo no puedo coger un mostrenco como ese, que es lo que pretende. Después de unos diez minutos corriendo se duerme y puedo volver con los otros. Odio correr, pero por lo menos ellos se divierten un poco.
En fin, que no puedo correr si estoy escribiendo, seguiré con esto en otro momento, pero tened por seguro que volveré.
-Post escrito desde iPhone el 8/12/2011-

Día 3:
Hoy ha sido un día bastante tranquilo, por no decir aburrido. No tenía muchas ganas de salir, y no había ningún plan interesante a la vista, así que me he quedado en casa con la intención inicial de pasar apuntes, hacer deberes y repasar un poco las asignaturas que llevo más atrasadas.
Eso sí, como todos los días que me propongo lo mismo, he acabado en el ordenador a la media hora para "descansar un rato" y después no he vuelto a tocar los libros en toda la tarde.
Pasa lo mismo con las propuestas que nos hacemos todos al comenzar cada año: voy a hacer ejercicio, voy a dejar de fumar(los que fumen, que no es mi caso), voy a estudiar en serio... Todo eso parece muy bonito en Nochevieja, pero la ilusión dura una semana o, para los fuertes de voluntad, un mes.
Pero no todo son propuestas olvidadas en un rincón de mi mente, también ha sido un año productivo: de momento los estudios los llevo bien, algo que no ocurría desde hacía unos tres años; me he introducido durante un tiempo en el mundo del trabajo (aunque lo he dejado por los estudios) y me he cuidado mucho más, he comenzado a ir al gimnasio, pero no lo llevo muy al día.
En definitiva, no ha sido un mal año, pero hoy ha sido un día horrible y eterno.

Día 4:
Hoy, me he quedado dormido como me lleva pasando, de forma preocupante, desde hace casi un mes. Tengo un grave problema con eso de madrugar entre semana, debido probablemente a que me voy a dormir todos los días a eso de las dos de la mañana, pero como no es seguro, sigo acostándome a la misma hora casi todos los días (los viernes y los sábados más tarde, a eso de las seis).
He intentado irme a la cama antes, pero siempre acabo distraído en el ordenador, o leyendo.
A causa de esto he tenido muchos problemas a lo largo del año,  todos debidos a llegar tarde a clase y perderme cosas importantes, como fechas de exámenes, entregas de trabajos y concursos de mus en la cafetería del CEU (en nuestra cafetería no se puede jugar a las cartas).
Aunque dejando todo esto a un lado, las peores cosas que me han ocurrido este año están más relacionadas con lo mal que llevo el perder, que es de piojosos, o con lo cabezota que soy de vez en cuando, que no cedo nunca si estoy seguro de que llevo la razón.
He tenido varias discusiones a lo largo del año, la mayoría provocadas por mí, pero zanjadas por los demás.
No soy de dar mi brazo a torcer, aunque sepa que voy a acabar peor si sigo hablando, y con gente como mi madre, que tiene autoridad dentro de su territorio, no se pueden hacer esas cosas: una vez me dejó durmiendo en el suelo, otra me vació la mochila del campamento en el suelo y me tiró una maceta llena de tierra por encima del montón de ropa el día antes de irme... Por lo menos siempre ha sido muy original a la hora de mosquearse, aunque no hace mucha gracia en su momento.
Me he vuelto a ir por las ramas, pero es lo que pasa cuando no me ocurre nada emocionante en todo el día, que tengo que meter paja hasta llenar veinte líneas más, me despido de momento y mañana continúo, buenas noches.

Día 5:
Hoy he quedado con Alicia y con Bea para adelantar un trabajo de expresión oral que tenemos que entregar el lunes que viene. Es un trabajo de exposición que tiene que durar unos 10 minutos y tenemos que tratar de persuadir a los demás acerca de algo, de lo que queramos, utilizando las técnicas y los criterios que nos han enseñado en clase (clase social del público, edad, etc.) Es un poco petardo, pero cuenta mucho para clase, así que es prioritario.
No teníamos muy claro dónde podíamos quedar, de forma que después de una serie de propuestas que no llegaban a convencer, hemos acabado quedando en el Vips de Goya. Lo creáis o no (ellas no se lo creían) no he estado nunca en Goya, ni siquiera he pasado por el metro más de un par de veces, pero tampoco me ha parecido algo que todo turista debería ver, como el retiro, la Puerta del Sol, la Puerta de Alcalá o la estación de Atocha, con su jardín botánico.
Nunca había ido al Vips más que para desayunar, y no sabía que era TAN caro: 3 euros un refresco, que no se puede rellenar a menos que pidas un plato para acompañarlo, y unas patatas no recuerdo cuánto costaban, pero os juro que en mi interior estaba llorando.
Aún así me he pedido un batido, porque tenía dinero y cuando tengo dinero no reparo en gastos, pero en otro caso no lo habría hecho, por principios. 5 euros de batido, pero estaba muy bueno, eso sí, un vaso muy grande de batido de vainilla que no me importaría volver a tomar, pero aun me faltan unos cuantos días hasta que tenga otros 5 euros...
En el trabajo no hemos avanzado casi nada, las he dicho que me iba a encargar de él yo, así que desde hoy añado un trabajo a la lista, que aún tengo pendiente, pero que haré entre hoy y mañana.


Día 6:
Hoy es un día triste: Chuck ha muerto en Gossip Girl y Robin no puede tener hijos en Cómo Conocí a Vuestra Madre. Si no los habéis visto, os jodéis, que lleva una semana muerto ya. Ya sé que es una tontería, que no existen y blablabla, pero ya le había cogido cariño al chico, que ha dado un cambio tremendo en toda la serie, y me he indignado un montón con lo que le han hecho, porque es (era) el mejor personaje de la serie. Me ha parecido adecuado terminar este diario, que es algo que me apena enormemente, con otra serie de finales tristes. No me gustan las despedidas, así que lo haré rápido: gracias gracitas por la paciencia, y si no os gusta lo que he escrito, no haberlo leído.